Pamema XXI

De lejos era una persona normal, bueno de esas que nos venden como normales aunque no sepamos eso qué significa a ciencia cierta, no la mejor o peor estudiante en el colegio o universidad, mesurada, con un par de relaciones serias conocidas las no serias por obvias razones permanecían desconocidas al público, iba a misa de vez en cuando y en su vida laboral ya sabía lo que significaba declarar renta, en resumen "normal".

Fue al inicio de su vida laboral que empezó a darse cuenta de su anormalidad, durante la universidad darse cuenta hubiese sido una hazaña pues los días empezaban y no se sabía cuando terminaban, era una cantidad de momentos que se presentaban fuera de una línea cronológica, por eso debió esperar hasta que iniciara su vida laboral donde las semanas empezaron a tener un inicio y un final para darse cuenta de que algo pasaba con ella. 

Primero sintió curiosidad ante la actitud de sus compañeros, las caras largas, los afanes, la actitud que traía el desafortunado momento no era algo casual, sucedía cada siete días, ella no lo entendía, porque para ella era todo lo contrario, era un evento que la llenaba de vida, se levantaba feliz por ello, era darle un sentido a todo, así que pensaba que solo estaba en el lugar equivocado, que tal vez era parte de eso que descubrió como "cultura organizacional", cuando cambió de trabajo pensó que iba a dejar de ser el bicho raro, esperó un par de semanas y todo volvió a ser igual, se sentía fuera de lugar cada vez que sucedía, así que como mecanismo de defensa empezó a hacer lo mismo que hacían todos. 

Valentina amaba los lunes y no entendía por qué estaba mal aquello, no entendía las miradas con desdén que recibía cuando lo expresaba, cuando lo demostraba con esa sonrisa de 100 terawatts al llegar a la oficina saludando a todo el mundo con efusivo ánimo y real felicidad, no entendía por qué los demás además de odiar los lunes empezaron a atacarla por no pensar igual a ellos, así que era mejor pretender que tener dar explicaciones cada semana, era mejor que parecer un bicho raro solo por ser ella.

Empezó a sentir ansiedad por la llegada de los lunes, dejar de ser ella por un día se volvió tedioso, incluso los lunes festivo venían con su pena porque entonces no sabía si debía odiar los martes por ser el primer día de la semana o si era solo con el lunes por llamarse lunes. 

Con el devenir de los días los presuntamente odiados lunes se fueron acumulando y el ejercicio de odiarlos se fue haciendo natural. Valentina fue víctima del fake it until you make it y por una razón que desconocía  odiaba los lunes, ahora era una persona normal.


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