Colateral

 A: No me gusta que te rompan el corazón

B: ¿Te gusta tener la exclusividad de ese menester?

A: Esa es una pregunta con truco, sabes que me duele haberlo hecho que tengo mucho que decir al respecto y que no dejo de sentir culpa, pero ese no es el punto. 

B: ¿Cuál es el punto?

A: Que cuando te rompen el corazón vuelves a encerrarte, a poner esos muros contra los que te golpeas para no dejar salir el dolor que sientes, para aparentar que estás bien. 

B: Sí mal no recuerdo te gusta mi cara de "todo está bien" mientras por dentro estoy vuelta una miseria, es parte de mi encanto, lo has dicho. 

A: Es trágicamente encantador cuando se llega a conocerte bien, porque sabemos que no estás bien, que te metes en tus cosas y no dices nada, lees, escuchas música en loops infinitos, escribes (btw esta parte me gusta que la hagas), te ahogas en tu dolor mientras nos regalas una sonrisa hablando lo necesario para que parezcas bien, no sospechemos y no preguntemos ¿Cómo estás en verdad?

B: Sigo sin ver que eso tenga algo de malo, me voy poniendo al día con los borradores que tengo, ahora estoy haciendo más ejercicio y en lugar de tomar vino leo más, yo lo veo como ganancia. 

A: Ves, ahí está esa versión tuya cínica que usas para evadir lo que sientes... 

B: No lo evado, yo sé lo que siento, lo estoy sintiendo y por eso quiero tener mi cabeza en otras cosas mientras pasa. 

A: Si te pregunto ¿Cómo estás qué me respondes?

B: Te preguntaría ¿Cómo estás tú? y otras mil cosas más para evitar hablar de mí, eso suele funcionar. 

A: ¿Funciona para que no tengas que pensar en cómo estas?

B: Ya pensé y se cómo estoy, por eso no quiero saber del tema por un rato y me dispongo a usarte como entretenimiento, es solo cuestión de tiempo lo sabes. 

A: Sé que no es solo tiempo, sé que cada vez que sucede replanteas todo tu mundo, recuerdas lo horrible que es abrirse a los demás, y yo termino siendo un daño colateral pagando los platos rotos cuando los demás son los que causan dolor... 

B: no, no, no, no, tú no te vas a zafar de la responsabilidad tan fácil, lo que sientes cuando estoy así es culpa porque entonces recuerdas que tú también me has roto el corazón y eres en parte responsable de mi ánimo melancólico constante.

A: Puede que tengas razón, pero yo la tengo en la parte en que con el corazón roto tienes una excusa perfecta para seguir en tu mood melancólico, para sonreír a medias para, para ser tantas cosas que llaman la atención de quienes vamos por la vida enamorándonos de los imposibles. 

B: ahora resulta que tengo la culpa de mi corazón roto. 

A: Claro que la tienes, algunas personas tenemos corazón y solo queremos hacerte sonreír de verdad y entonces resulta que eres más de lo esperado, no tenemos otra alternativa que salir corriendo, es decir, que tengas el corazón roto solo hace que me den ganas de que estés bien y eso es peligroso, nos han programado para huir cuando se siente demasiado tú haces que sea demasiado.

B: no me siento culpable por eso y ya ves, termino con el corazón roto. 

A: Lamento haberte roto el corazón, lamento que te lo vuelvan a romper. 

B: Son los gajes del oficio, no te preocupes que esta vez también sobreviviré. 

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