Hecho

Perdí el tiempo buscando excusas para hacerte reír cada día, debí apostar a la simpleza y solo decir te amo. 

Besarte sin pausa, sin prisa, sin descanso y con algo más que pasión hasta dejar de sentir mis labios parece ahora algo desproporcional, de ellos solo debió salir un te amo. 

Invitarte a un café porque estaba lloviendo y quería compartirlo contigo fue una desfachatez era más fácil decir te amo. 

Jugar con mis dedos en tu espada a trazar palabras que era mejor no pronunciar resultó insulso y anodino, tendría que haber sido contundente y decir te amo.  

En lugar de mirarte tontamente mientras me contabas tu día a día y preguntarte más para poder seguir escuchándote debí ser de esas personas normales y decir te amo. 

Devorar tu piel, deleitarme en tus partes hasta agotar mis fuerzas para seguir ambicionándote sobrepasó mi insolencia y estuvo más allá de la razón, tendría que haberme conformado con un tenue te amo.  

Leerte a tus autores favoritos una y otra vez fue ir demasiado lejos, tendría que haber apostado por algo más práctico y funcional como decir  te amo. 

Contemplar tus silencios y acompañarte en ellos resultó una estratagema elaborada para perderme en ti cuando era más conveniente decir te amo. 

Sonreír con tan solo recordar que existes, terminar pensando en uno y mil pretextos para verte se convirtió en un locura, resultaba más sano decir te amo. 

Abrazarte como si nunca quisiera dejarte ir y de paso quedarme un poco para disfrutar de tu olor  se convirtió en uno más de mis excesos, tendría que haber apelado a la racionalidad y conformarme con un imperturbable te amo.