Letters
Quisiera decirte que sin quererlo mi reproductor hace que escuche una que otra vez esa canción que te gustaba y no puedo evitar pensar en ti, que incluso hay temporadas en que la pongo a propósito porque pesar en ti es algo que no pasa de moda, solo que ahora lo hago con un dejo de bonita nostalgia y no más de una copa de buen vino, también deberías saber que los años me han tratado bien, especialmente desde que pase de pensarte con cerveza a pensarte con vino, sí, yo también me sorprendo.
Lo de tratarme bien es relativo, hace unos años desarrollé un achaque de esos que la ciencia no puede explicar y ante el cual me cansé de estar experimentando medicamentos que creaban nuevos síntomas y no parecían llegar a algún lado, por lo que siguiendo a Tomás de Aquino escogí el menor de los dos males y convivo con el achaque, también me llegó la etapa de pensar en una nueva rodilla, pero esa historia la dejaremos para otra oportunidad.
Voy al gimnasio un par de veces por semana, contrario a mis principios de hace 20 años, pero es una cuestión de necesidad, ya no estaba sacando tiempo para hacer una actividad física y aunque siempre he sido una persona activa ;) eso dejó de ser suficiente para compensar el tiempo que paso sentada, así que empecé pensando que no duraría mucho y van un par de años (más de los que quiero reconocer), como resultado puedo decirte que estoy en lo que se puede llamar en forma, es decir: tengo un estado físico decente, no he perdido masa muscular, mantengo mis articulaciones en movimiento, escucho podcasts mientras tanto y me conservo en eso que se llama peso ideal lo que me mantiene motivada especialmente desde que debo pesar menos debido a mi rodilla.
Como lo puedes sospechar me he vuelto muy buena para la cocina, ahora sí dejaría de ser solo un albur y le darías sentido completo a la frase que solías decirme: A mí todo lo tuyo me sabe más que rico, pero no te emociones mucho porque si me pides cosas dulces voy a decepcionarte, la repostería requiere mucha precisión (y $$$) y la paciencia no me alcanza hasta allá, en cambio disfruto mucho el proceso de crear un buen omelette, crema, salsa, etc..., ese dinero que invertiría en azúcar lo puedo aprovechar mejor con un buen salmón.
He sido fiel a mi palabra y no he caído en el perreo, lo que conozco ha sido de forma accidental y completamente en contra de mi voluntad, por eso no te niego que puedo reconocer a Karol G, sé que tiene una canción que se llama Provenza y la terminé escuchando por pura confusión al menos de mi parte, la contraparte parecía disfrutarlo, pero en esencia sigo escuchando lo mismo y más de lo mismo, quizá no soy la adolescente que escuchaba a Richard Clayderman y ahora soy una mujer adulta que escucha a Philip Glass, pero, sigo escuchando los primeros álbumes de Shakira y de hecho estoy pensando mucho en si comprarme el último CD o no, sé que es un regalo que tú me hubieses dado sin pensar y que yo sonreiría pero me molestaría al mismo tiempo.
Aveces releo tus cartas, esas que con solo examinar tu caligrafía puedo determinar el estado de ánimo en el que estabas cuando la escribiste, es en esos momentos en los que pienso lo mucho que nos llega a enceguecer el amor porque no recordaba que tuvieras tantas faltas de ortografía, creo que de haberlas notado en ese entonces nuestra historia hubiese sido diferente y es acá donde recibo tu mirada que me grita en silencio sobre mi superioridad moral y el mi aparente snobismo que según me dicen solo se incrementa con los años (más lo segundo que lo primero).
Sigo disfrutando la lectura, así como con la música sigo leyendo casi lo mismo, yo la que aparentemente solo toleraba a García Márquez terminó de leer 100 años de soledad y relee de vez en cuando Ojos de perro azul, llego a tener conversaciones interesantes con mi perro sobre ese cuento, una que otra vez también incluyo el cuento en conversaciones con humanos y son momentos en los que te vuelvo a extrañar y a la copia del libro que me arriesgue garabatear con lo que pensaba en aquel entonces.
Los años han servido para dejar claro que no soy esa mujer fatal de la que me acusabas, no te alegres demasiado, solo he cambiado la frecuencia y por decirlo de alguna manera la calidad de los one night stand, el tiempo se ha encargado de validar mi idea original que el mayor atractivo se encuentra dentro del cráneo y no entre las piernas, las mentes mentes follables siguen siendo mi maldita perdición.
Te encantaría saber que seguí tu consejo y he participado en una que otra convocatorias de escritores ha sido bueno para mi ego, para alimentar el tuyo has aparecido en algunas de esas líneas, y es que a pesar del tiempo sigues apareciendo en mis palabras y no me queda más que dejarte salir, no te preocupes, tal y como me hiciste prometértelo solo tú sabrás que estoy hablando de ti.
Para tu tranquilidad he vuelto a amar, tantas veces, de tantas formas, intensidades y sabores como la oportunidad lo amerite, no soy ese juguete que creíste roto e incapaz de componerse, al contrario, aprendí a entregarme sin reserva más, a no pensar en el dolor del final y a disfrutar de esos momentos, a no dejar para después, a dejar ir, a entender la diferencia entre pertenecer y poseer, cuando amo lo demuestro sin miedo y hasta lo digo una que otra vez sin pausa y sin prisa, hoy sería capaz de tomar tu mano y mientras sostengo tu mirada decirte que te amo, eso que tanto pediste y en ese entonces me rompía el alma.
Termino esta carta con la sensación que como siempre me queda algo por decir y me prometo decírtelo la próxima vez, porque para ti siempre hay una próxima vez.
La canción número 6 del álbum Si el Norte Fuera al Sur de Ricardo Arjona (Pasado oscuro pequeños saltamontes) se llama Aún Te Amo (Carta No. 1) , vamos a ignorar el hecho de que es de Arjona y nos vamos a quedar con que es una carta para un amor de esos que no se olvida y solo quieres sacarte esas palabras que se quedan de vez en cuando atoradas en el pecho, quizá este post sea algo como eso.
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