Común
Fue un sábado cualquiera, pero no fue sábado como cualquier otro, se sintió diferente justo en el momento de abrir los ojos sin que para ello se necesitara el estímulo externo de la alarma, sin la necesidad de mirar la hora y pensar que ya estaba tarde.
Jugo de naranja en la cama (de esos detalles que hoy siguen enamorando) un par de palabras sueltas, conversaciones de todo y nada mientras definíamos que hacer a lo largo del día, porque ser adultos responsables es eso, pensar en lo que se va a hacer a lo largo del día, en general el día sería una sucesión de tareas que en su conjunto se llaman oficio y cuya pretensión es hacer las cosas más fáciles los otros días de la semana.
Organizar la ropa seca y lavar ropa era el plan, mi plan al menos, claro después de bañarme y desayunar, mientras tanto sus tareas estaban destinadas en hacer de esas cosas que siempre se posponen para cuando haya tiempo, cosas que se llaman vueltas aunque aveces consistan más en una línea recta llamada fila, el resto de la tarde estaría dedicado a ponernos al día en las series que estamos viendo en juntos.
Lavar una bicicleta que después de un par de años en el mismo lugar fue parte de su plan una vez regresó, labor que decidió hacer más menos complicada con una manguera, esa manguera que no recuerdo que tenemos porque como muchas cosas en casa no sé dónde terminan guardadas, pero él lo sabía y le pareció más práctico buscarla, conectarla y después, al terminar todo el proceso de limpiar y volver, esas son las cosas que llegan a ser parte de nuestras diferencias, cuestiones de forma y no de fondo, lo que se ve complicado desde un lado y práctico desde el otro.
Lavar ropa, pronto se convirtió en hacer un forro casero para la lavadora que a mitad de año compramos y al parecer su tamaño no coincidía con las medidas de forros en el mercado, al parecer no existe una línea de gordita sexy que se ajuste para las lavadoras de carga frontal grandes.
Una vez terminado el forro y un par de pruebas quise aprovechar que la manguera estaba afuera para lavar las tejas del patio y regar las plantas, fue así como a mitad del día el plan inicial se transformo en un plan de organización del patio, donde el ingenio fue puesto a prueba, unir 2 palos de escoba y una escobilla de baño no es una tarea fácil, pero como dijo la roca en una película, si no queda bien es porque no estás utilizando suficiente cinta, así que 1000 puntos para la roca, un par de horas de trabajo conjunto nos recordaron que ya había pasado la hora del almuerzo y me desistí de cualquier tarea que implicara ir al primer piso, porque hay que conocerse lo suficiente para saber que ir al primer piso significaba preparar algo de comer y olvidarse de la tarea emprendida inicialmente, fue así como recibí de sus manos una cerveza helada bajo el nombre combustible, nombre que venía muy bien para la tarde calurosa y la música que nos acompañaba desde el inicio de actividades, y llevó a una conversación de si lo alcohólicos eran gordos y ante nuestra ignorancia decidimos que el alcohol quita las ganas de comer y de ser así no estoy gorda solo me falta alcohol.
Después de muchos intentos quedaron limpias las tejas y quitamos una obstrucción en el desagüe del techo, fue una tarde llena de cotidianidad, de esas cosas que uno no visualiza cuando le dicen qué se ve haciendo dentro de cinco años, una tarde en la que recordamos porqué aún estamos juntos, llena de conversaciones sobre varios temas, recuerdos de la niñez, de nuestra juventud y de lo que hemos construido entre los dos, conversaciones sin pretensiones y más por el placer de estar juntos, esos momentos que si se ve la necesidad de calificar puede decirse son la felicidad en estado puro, de esos que dibujan una sonrisa cinco estrellas, no creo que haya alguien que dentro de su imaginación quiera alguien con quién hacer oficio (aunque hay gente muy loca), pero es bueno darse cuenta que se está con una persona con la cual hasta hacer oficio resulta lo suficientemente entretenido para no parecer una tediosa obligación, una persona con la cual las diferencias resultan tan importantes como las cosas en común, una persona con la que se puede sentir están juntos de manera libre y porque quieren y no porque se necesiten.
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