Llueve
La lluvia trae consigo una carga mayor al H2O, suele venir con sentimientos encontrados en el día a día de los seres humanos.
Por ejemplo, mi gusto por la lluvia se ve afectado por la tendencia del mercado en fabricar tenis de tela, es realmente complicado caminar bajo una leve lluvia paraguas en mano cuando en menos de 500 metros los dedos de los pies ya probaron el sabor del agua y apenas vas para la oficina.
La felicidad de saber que no eres peatón y la lluvia no te moja mientas conduces tu automóvil último modelo se ve ensombrecida por el caos desatado sobre la movilidad vial cuando la primera gota de agua toca el suelo.
El romanticismo de caminar bajo la lluvia viene acompañado del temor a sentirse permeado por la contaminación de la ciudad, y el siempre temor de que el día de mañana puede venir en compañía de un resfriado.
La complicidad de caminar de la mano bajo la lluvia con quién promete calentarte antes de que el frío llegue a tus huesos se ve comprometida con lo difícil que es quitarse la ropa cuando está mojada y pegada a tu cuerpo, con el agravante de que una vez te has calentado hay que vestirse de nuevo con esa ropa fría y mojada que parece ser tres tallas menos que la tuya.
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