Tengo

Tengo un te extraño guardado entre mi tercera y cuarta costilla que es solo para ti. 

Tengo una nostalgia inadvertida que me recuerda que debí darte un último beso sabiendo que sería el último. 

Tengo una botella de vino con tu nombre, es la que uso para casos de emergencia cuando me ataca el recuerdo del sabor de tus labios.  

Tengo a flor de piel el adiós bien dado que me prometiste y que sin saberlo (ni tú ni yo) aún espero.  

Tengo un millar de notas sobre ti, incluyen cosas como ese lunar al que le pusimos nombre o la forma en la que te gusta que te muerda aunque no te gusta que te muerdan. 

Tengo congelados en el tiempo aquellos instantes en los que nos perdíamos en nuestra mirada y sin una palabra nos decíamos todo. 

Tengo ganas de todo contigo, pero me conformo con un café.