No me perteneces y aún así apareces en mis sueños para hacerte sentir.
No te pertenezco y eso no impide que sienta tu nombre grabado en mi piel de cuando en vez al pensarte.
No me perteneces y mis letras siguen siendo para ti.
No te pertenezco y cuando te dejas perder en tus pensamientos mi recuerdo te dibuja una nostálgica sonrisa.
No me perteneces y sigo encontrándote en los rincones de esta ciudad como un recordatorio de que pertenecernos es lo de menos porque siempre somos algo más.