Illegal

Tengo en la cabeza ese primer beso, ese del que responsabilizo a un par de cervezas de más, ese que tuve en la punta de mis labios el tiempo suficiente para obsesionarme con los tuyos, esos labios que por más que los devoré nunca se me quitaron las ganas. 

Tengo en la cabeza el recuerdo de tu piel y la mía, digo recuerdo como un eufemismo para la obsesión que llegó a convertirse el recorrerte milímetro a milímetro, segundo a segundo para tentar a tu paciencia, para devorarte en mi deseo y por más que lo intenté la obsesión continúa. 

Tengo en la cabeza el calor de tu mano acunando la mía mientras caminamos robándonos tiempo, sin necesidad de un destino fijo, sin una ruta predeterminada, por mucho que caminamos nunca nos alcanzó el tiempo. 

Tengo en la cabeza las canciones que me hacen pensar en ti, algunas veces las evito, otra veces solo me dejo llevar y en un ejercicio netamente masoquista termino escuchándolas en un ciclo infinito, con cada canción me sigues sabiendo a música.

Tengo en la cabeza lo que quisiera decirte, lo mismo que callo cuando te digo hola, esas palabras que hacen del parte del soliloquio en el que se convirtió tu ausencia, aunque pasa el tiempo te sigo sintiendo.