Demonios
Leo para calmar mis demonios, para alimentarlos, para nutrir sus deseos.
Escribo cuando se inquietan, se apodera de ellos la incertidumbre, cuando me recuerdan que pueden hacer conmigo lo que les plazca.
Hoy mis demonios demandan de ti, como un deseo, un deseo que podríamos llamar mundano, hablan entre ellos decidiendo que harían contigo.
Río, lo hago con mi sonrisa más perversa al ver que todas sus opciones me encantan, las escribo todas y cada una, llegan a ser tan impúdicas, tan impublicables, así es como me gustan y decido guardarlas solo para mi.
Mis demonios se inquietan contigo, se despiertan y te anhelan en las noches, quieren leerte, juegan a entenderte, se apasionan por trazarse en tu piel y enardecen al saber que puedes leerlos.
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Escribe ahora o calla para siempre!