Si el hombre naciera predeterminado para el bien, nuestros padres no se esforzarían tanto para hacernos buenos.
No sé si alguien ya lo dijo, sino, con esto pasaré a la inmortalidad.
Si usted me conoce o le han hablado de mi lo más probable es que le han dicho que soy mala y créame no trataré de desmentirlo, desafortunadamante no soy tan mala como quisiera y dicen que soy mala por expresar lo que el grueso de la población sólo piensa y evita decir por el qué dirán.
Creo que la definición de maldad está amañada, yo no robo, no mato, no le pego a nadie, no fumo, no bebo, soy responsable con mi trabajo, honro a padre y madre (bueno, al menos no peleo con ellos), así qué técnicamente soy buena.
El mal solía venir con una verruga en la nariz, detrás de 3 tiernos cerditos o niña de una capa roja, en la búsqueda de la vida y belleza eterna, en forma de cicatriz en la cara o caminar cojo, cara quemada, garras en las manos y buso a rayas rojas, el mal era sencillo, los buenos siempre eran buenos (llegando a pasar por tontos) y los malos al final de la película morían o terminaban en la cárcel.
Era fácil reconocer el mal, si no era lo más feo de la película, eran lo más bello y banal, era el de los harapos o el del traje costoso, el bien era el punto intermedio (tirando a ser el personaje más tonto), tratando de convencernos que ser el punto intermedio está al alcance de todos; hoy en día no es tan fácil, hoy el mal viene en forma de un flacuchento, hidrocefálico, incomprendido y azul personaje, hasta ahí por sus diferencias físicas tenemos al malo de la película, pero resulta que el tipo es buen amigo, conoce la lealtad, tiene buen gusto musical, baila muy bien, cree en el bien y lo mejor de todo: Se enamora y cambia (si no lo ha descubierto hablo de Megamente), claro, llega el amor, el tipo deja de querer conquistar el mundo, y se dedica a conquistar una mujer (es que no todas somos Helena de Esparta/Troya como para estar causando guerras), al final el "malo" salva el día, se queda con la chica y termina siendo un héroe.
El caso 2 inicia con un gordo, narizón, calvo, que suele vestir de negro, pasa por alto la fila para comprar café, y aparte de querer robarse el mundo es un mal ciudadano, es fácil descubrir el malo, de no ser porque final termina siendo un padre cariñoso, amigo leal y buen empleador (tampoco lo descubrió? es Despicable Me).
Sí su hijo le pregunta: ¿Megamente es bueno o malo?, usted qué le contesta? ¿cree usted que Gru es bueno o malo? ¿cómo le explica usted a su hijo que Metro Man fue egoísta cuando usted también quiere de vez en cuando relajarse, dejar de ser usted y esperar que el mundo se resuelva sólo?
Esa es la parte que no viene en el manual de los hijos, la parte en la que uno piensa cada decisión con calma con el fin de evitar que una respuesta equivocada convierta a su hijo en el próximo asesino serial, es la parte en la que se debe utilizar la imaginación, las experiencias frustrantes y dar una respuesta real, no de las respuestas hipócritas de la sociedad de: los malos van al infierno y los buenos al cielo, no una respuesta de reina, es el momento de una respuesta basada en los momentos en los qué uno pensó qué Blanca Nieves debió enfrentarse a la reina, de ser posible darle sus buenos golpes, recordarle a la bruja que ella era la dueña del rancho, porque una cosa es ser bueno y otra es dejársela montar, es el momento para decirle que uno no es bueno del todo ni malo por completo, que ser bueno no significa dejar de lado sus necesidades para hacer feliz el resto del mundo y qué comerte una caperucita no te convierte en el malo del cuento.
Yo quiero que la pequeña saltamontes sea buena porque quiere, porque es esa la opción que más le conviene, sabiendo que ser "malo" siempre es es una opción valida.