Run, baby, run

Una vez más me dejo llevar por la música mientras intento pasar el Test de Cooper corro pensando que 2200 metros en 12 minutos pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte, si, si hoy fuera el apocalipsis zombie esos 12 minutos me permitirían llegar a mi casa para refugiarme y sobrevivir.

Si, es una locura, pero es mi locura, también lo es pensar cómo demonios voy a matar zombies si en mi casa las únicas armas que hay son unos cuantos cuchillos (los cuales procuro mantener afilados) y me enloquece pensar cómo le voy a hacer para correr y matar zombies si mi mamá me enseñó a no correr con armas en las manos.

También hace parte de mi locura que al estar cerca de los 12 minutos y ver que no voy a pasar el Test de Cooper lo que me anima a seguir y aumentar mi velocidad es: imaginarme en el mismo apocalipsis, después de caminar y correr por un par de horas junto a un grupo de sobrevivientes se da la siguiente conversación:

-sobreviviente: es inútil seguir, tarde o temprano nos alcanzaran y seremos como ellos.
-yo: si, es probable que nos alcancen y terminemos como ellos, pero me gusta la idea de saber que en algún momento ellos llegaron a pensar que nunca podrían atraparnos.


Cada uno escoge el cuento de hadas con el que quiere soñar: Las princesas sueñan con sus príncipes, los príncipes tienen pesadillas en las que vuelven a ser sapos, yo sueño con seguir pasando el Test de Cooper o  sobrevivir a los zombies.

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1 Comments

  1. Woou! algo sádica la situación, y no deja de causar un poco de temor, como tampoco deja de ser bastante entretenida, un post un saludo.

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