Going on 30..I

Hace un par de semanas cumplí 30 años, ¡es horrible, no se lo deseo a nadie, mi vida ya no tiene sentido! - Es lo que hubieran escuchado si no se tratara de mi, así que este post podría extenderse en la injusticia de la sociedad con las mujeres mayores de treinta años o mejor en las mujeres que a pesar de sus treinta años no se valoran, pero no, de eso ya se ha escrito mucho y la conclusión es fácil, tómese sus treinta años como le de la gana, porque eso voy a hacer yo a continuación.

Puedo empezar por decir ser una mujer sin manual ha hecho que mi edad sea siempre la real, y lo que más contribuye a eso es que sigo sin arrepentirme de lo que he hecho o dejado de hacer en estos treinta años, sin leer libros de superación personal entendí que siempre se aprende algo, así sea no volverlo a hacer, así que voy a recopilar cosas que tengo presentes y me hacen sentir bien con mi edad.

Nunca pensé llegar a cumplir treinta años, tener una adolescencia en la que aclaran que esperan poco o nada de uno es deliciosamente liberador, cuando nadie te dice que debes estudiar una carrera, conseguir un trabajo, cubrir tus gastos, encontrar alguien y formar un  hogar (y además siempre esperan que te metas con un tipo que te deje en embarazo, se largue y termines siendo una vendedora mas de los tantos de almacenes de ropa del pueblo), así que nunca pensé en esas cosas. En algún momento de la adolescencia pensé en estudiar medicina, ganar mucho dinero y terminar siendo la mejor neurocirujana del mundo, adoptar un par de niños, tener una piscina en la que pudiera entrenar un par de delfines y en las vacaciones de mitad de año recorrer el mundo en un pequeño yate, pero eso se me pasó rápido, porque igual iba a terminar vendiendo ropa en un almacén, así que sin carrera y sin esperanzas de encontrar el amor era probable que terminara en malos pasos y no llegar a los 30.

Cuando esperas no llegar a los 30, tampoco esperas ser una princesa y llegar a encontrar un príncipe azul, tener un hermano hombre ayuda a darse cuenta que definitivamente los hombres son para quererlos así como son (malhechos, llenos de imperfecciones y buenas intenciones... y como todos sabemos de eso está lleno el infierno), así que poco o nada creí de mis novios de adolescencia, cuando me decían que me querían y todo eso yo solo veía un: quiero acostarme contigo y si quedas en embarazo me echo a perder, así que el yo también te quiero era una respuesta automática con el mensaje interno de tan lindo pero no te lo voy a dar (algunos días pienso que debí ser bien zunga y haber dicho si a todas esas propuestas indecentes).

Así que cuando eres una adolescente que no va a ser nadie pero tus papás te dijeron toda la vida lo único que te van a dar y que nadie te va a quitar es la educación, terminas graduándote como Tecnóloga en Sistemas de Información de la Universidad del Valle y es en la universidad donde uno aprende muchas cosas, no de la carrera que estudia pero si de la vida, fue un cambio el dejar de estudiar con mujeres ya que ahora no sabes si el tipo con el que haces el trabajo tiene ganas de estudiar o solo quiere sexo, por fortuna yo si entendía lo que estaba estudiando (aunque no sabía para que demonios servía), así que me evitaba preguntar y por un par de semestres hice mis trabajos sola.

En la universidad aprendí la ventaja de ser fea y además un poquito inteligente, los tipos que se te acercan sospechan que sabes algo de sus oscuras intenciones así que prefieren ser tus amigos y si hay sexo bien pero no se van a centrar solo en eso y terminas por compartir conocimientos con ellos (y de paso aprendes algo de la vida), las niñas que solo son lindas te miran como bicho raro y recurren a ti solo cuando necesitan algo que nadie más les ha podido dar, las niñas que además lindas son inteligentes no tienen problemas en invitarte a salir por ahí y hacerse pasar por tu "amiga" o llevarte en la buena y utilizarte de vez en cuando para sacarte información, las niñas que sin importar si son lindas o no son inteligentes y además valientes te invitan a trabajar con ellas.
Entonces me dí cuenta que estudiaba con tipos que creían que de verdad era inteligente y sabían que no habría sexo, mujeres inteligentes y lindas que atraían niños lindos que por lo general se sentían intimidados pero que podías utilizar para múltiples propósitos.

Si, la universidad de la que me gradué hace 10 años fue una gran experiencia que consiguió que hoy pueda ser una treintañera feliz, conocí personas realmente valiosas que han estado presente durante esta década en la que pase de ser la esperanza de nada a una Mujer de Verdad, me gusta saber que si no tengo más es porque realmente no he querido.
Puedo arriesgarme a decir que no hacer castillos de arena durante la adolescencia es lo que hace que hoy sienta que tengo todo lo que una persona puede soñar en la vida (claro que siendo realistas con eso de la mansión y los millones de dolares en unos bancos de Islas Caimán), eso si, no espero dar cátedra del tema ni me siento la Doctora corazón o Miss Superación, es solo que creo que algo he hecho bien y he aprendido muchas cosas que vale la pena compartir, pero por ahora este post se queda así porque toca trabajar.

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