Fragile

Uno se acuesta a dormir y al otro día después de una noche con o sin sueños y con el sonar de una maldita alarma se levanta con sus 20 dedos, 2 manos, 2 pies, mejor dicho el inventario completo y uno se termina acostumbrando a que sea así, algunos lo llaman obra de dios, otros creemos que es un proceso natural,  después de unos años se acaba la emoción y la sorpresa de amanecer vivo.

¿Tiene usted hijos?, si la respuesta es no lo más probable es que lo que sigue le parezca bobo, emo y cursi (en serio estas 3 cosas se combinan). 

Durante el embarazo asistí a un par de esas charlas para mamás en las que se comparten las dudas y se enseña un poco del maravilloso mundo de la maternidad y los bebes, deje de ir porque aunque no tenía la experiencia de la maternidad noté que criarme en una familia grande y unida le enseña a uno cositas (hacerle maldades a los primitos es una experiencia incontable) y que la verdad poco iba a aprender en esas reuniones, sin embargo en las charlas después de tener el producto en las manos o bebe (alias #littleSaltamontes) en otro par de charlas encontré que tenían un atemorizante tema en común Muerte Súbita (si, al principio pensé en la final de un campeonato), se supone que los bebes 0 - 24 meses  tienden a aparecer muertos sin razón alguna, nadie sabe porque, pero eso si terminan por meterle terror hasta al más valiente (es decir yo), que no lo acueste así, que así tampoco, que sáquele los gases, que no le ponga cobija, que el baño es con agua tibia, en serio termina uno con susto hasta de mirar mal al chinche por miedo a que la mirada fuerte puede generar la temida muerte súbita.

Ahora que #littleSaltamontes supero los 24 meses (a pesar de quienes no me tenían fe) y después de unas cuantas fiebres y gripas generadas por el hermoso y consistente clima de la ciudad de la eterna llovedera, estoy entendiendo la fragilidad humana, si, somos tan frágiles que un rose con un camión acaba con nuestra existencia, una caída de un segundo piso nos puede volver miseria, el aumento de 2 grados centígrados en la temperatura corporal nos deja sin aliento, un dolor de muela nos quita el sueño, el dolor de oído nos deja sin equilibrio y ni que decir de lo que pasa con bobaditas como cálculos y demás males en la víceras.

Miles de años evolucionando y cualquier pendejada sigue terminando con nuestra existencia, si, llega uno a sentirse como un huevo que se cae del mesón de la cocina y ya ni para tortilla sirve, así que cuídese, quiérase, miré que a lo mejor usted es el #littleSaltamontes de alguien y ese alguien también quiere que usted se levante todos los días con el inventario completo y funcionando.