El rico no pierde sino el alma
Frase de aliento que utiliza mamá cuando olvida que no somos ricos.
Cuando uno es niño resulta demasiado fácil olvidarse de dónde dejó el juguete, libro, zapato, cabeza... y después de buscar y no saber recurrir a la mamá, hasta que el objeto en cuestión aparece o uno se da al dolor (no sin la pataleta correspondiente), después de perder también la esperanza en algunas ocasiones el objeto aparecía y el mundo era un lugar mejor, para esos casos mi mamá utiliza la frase "el rico no pierde sino el alma", con la cuál trataba de decirnos que no fuéramos gente materialista porque nos iríamos al infierno.
Esa frase la se quedó conmigo y la utilizaba algunas veces, como cuando se me olvidaba reclamar la devuelta en la cafetería del colegio, cuando no llevaba el envase de la gaseosa a la cafetería para que me devolvieran los 50/100 pesos de depósito, cuando prestaba libros que nunca devolvían, cuando dejé una chaqueta nueva en un taxi, cuando compro algo y en un par de semanas está a mitad de precio.
Soy un ser humano de bajo mantenimiento, eso hace hace que niñox no tenga que pensar mucho cuando me va a regalar algo, para navidad recibí unos audífonos que se ajustan muy bien cuando uno decide hacer deporte (porque su forma de decirme gorda es regalándome cosas para que me anime a hacer algo diferente a dormir), pero para la merecida justicia de niñox escucho música todo el tiempo y prefiero que se escuche bien, así que me hace feliz regalándome audífonos.
Por mis manos han pasado varios modelos de audífonos, es así como llegaron a mis manos los Sony MDR-AS600BT, lo bueno de los audífonos de ahora es que se dieron cuenta que no todos tenemos las orejas de Shrek y vienen con accesorios de diferentes tamaños, sin embargo, el reto es escoger el tamaño que combine con oído / oreja y no genere sensación de violación al ponerlo o quitarlo, durante ese tiempo de ajuste un día mientras iba de camino a mi casa le quité una de las orejas al audífono derecho y la guardé en el bolsillo derecho, como soy una gorda de cuerpo, corazón y mente al pasar por la panetería el olor a pan caliente me recordó que no existe tal cosa como demasiados palitos de queso calientes y así que realicé la compra y seguí mi camino, cuando llegué a la casa vacié los bolsillos y no encontré esa oreja, uno aprende que ese tipo de cosas son básicamente el castigo por desobedecer la enseñanza materna de guardar las cosas en su lugar.
Al día siguiente muy juiciosa decidí pasar de camino al trabajo por la panetería que por cierto se hace querer porque a las 6:20 am ya tiene cositas calientes, al mirar en el punto del andén donde me hice para comprar los palitosde queso la noche anterior ahí estaba la oreja de mi audífono (la última vez que recordaba meter la mano al bolsillo fue ahí), la tomé y recordé la frase de mi mamá que se adecuaba para este caso: El rico no pierde sino el alma, en ese momento no me sentí rica, me sentí afortunada de encontrar algo que creí perdido, así tuviera repuesto, así no lo necesitara más estaba donde creí que estaría y esa fue una buena forma de empezar el día.