Leap of Faith

hace algunos días durante la hora del almuerzo de forma descuidada escuché una conversación que aún me tiene indignada, la indignación es algo que viene con la edad, creo que al llegar a mis 50 seré más indignación que persona.

La historia es la siguiente: dos fulanas estaban hablando sobre sus trabajos en la universidad, de los compañeros con los que hacían trabajos y las anotaban en ellos así no hicieran nada, porque los compañeros eran muy buena gentes, de los chancucos (trampa, pastel) que preparaban para poder ganar los parciales, de las veces que pagaron por un trabajo, me sentí sucia al ver que esas personas que uno cree existen sólo en el colegio y universidad comparten el espacio laboral con alguien como uno, que siempre prefirió que su uno fuera su uno y no un cinco que se sentía robado al ser comprado con algo diferente a la producción mental propia, me da lástima que existan profesionales de cartón comprado, luego recuerdo que la existencia de estos 'profesionales' se llega a creer que alguien como yo sabe muuucho y por eso hasta me pagan más. 


Días después el tema en otra mesa a la hora del almuerzo los temas eran sencillos: ¿Robaría usted un banco?, es increíble que algunas personas se vean impedidas por su sistema de valores para hacerlo, pero que no se sientan mal al encontrarse una billetera con dinero y devolverla vacía, mi sistema de valores cada vez que entra a un banco busca las cámaras, cuenta los vigilantes, detecta las alarmas, hace cuentas de la cantidad de dinero que se recoge en un día y valida qué tan fácil sería dar un golpe con el menor número de heridos.


esto sucede a la hora del almuerzo por lo que no sé sí es indignación o hambre. 



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