Mientras en la ciudad de la eterna primavera la lluvia ambienta el nombre de este post, a más o menos 300 kilómetros mi abuela materna ( a la paterna la parca la visitó hace un año y algo ) lleva según la malas lenguas 2 semanas en discusiones intensas con la parca, un tira y afloje que solo se torna más cruel porque sabemos cual va ser el fin de la discusión, y si, reconozco que he sido mala, que he hecho comentarios de todos los colores con la muerte de la abuela de los cuales no me arrepiento ni arrepentiré (con eso de buscar el lado amable a la situación), y que es probable que derrame unas lagrimas cuando ya no haya nada que hacer y ella haya dejado de formar parte de este mundo.
Bla, bla, bla carreta y más bla, por más la gente diga del valor, el coraje, la entereza y las muchas cualidades y valores que debemos cultivar para enfrentar la muerte cada uno lo encara con lo que tenga a mano y de la discusión actual de la abuela y la parca (han sido muchas y esta parce ser la definitiva) lo que me da piedra es ver como no puede esta última hacer un trabajo limpio, un simple kill -h now y no esa fucki@#% mala costumbre de deshabilitar uno a uno los servicios , porque han sido 20 años de escuchar de las subidas y bajadas del azúcar, de viajes a media noche desde naranjal a Bolívar, Tulúa y Cali, más de 20 años en que mis tías han estado ahí sin vacilaciones a dar todo, sangre, sudor y lágrimas (temo que algún día mueran de deshidratación a causa de las lagrimas) y que sin embargo sigan ahí conservando la esperanza, con la fe puesta en sus santos y en el milagro de la recuperación de la abuela, viendo sin embargo como ella se marchita, y es entonces cuando hago un review y creo que a pesar de todo mi abuela, al menos está puede irse en paz porque deja en este mundo el siguiente resumen:
Bla, bla, bla carreta y más bla, por más la gente diga del valor, el coraje, la entereza y las muchas cualidades y valores que debemos cultivar para enfrentar la muerte cada uno lo encara con lo que tenga a mano y de la discusión actual de la abuela y la parca (han sido muchas y esta parce ser la definitiva) lo que me da piedra es ver como no puede esta última hacer un trabajo limpio, un simple kill -h now y no esa fucki@#% mala costumbre de deshabilitar uno a uno los servicios , porque han sido 20 años de escuchar de las subidas y bajadas del azúcar, de viajes a media noche desde naranjal a Bolívar, Tulúa y Cali, más de 20 años en que mis tías han estado ahí sin vacilaciones a dar todo, sangre, sudor y lágrimas (temo que algún día mueran de deshidratación a causa de las lagrimas) y que sin embargo sigan ahí conservando la esperanza, con la fe puesta en sus santos y en el milagro de la recuperación de la abuela, viendo sin embargo como ella se marchita, y es entonces cuando hago un review y creo que a pesar de todo mi abuela, al menos está puede irse en paz porque deja en este mundo el siguiente resumen:
- 13 hijos: 10 mujeres y 3 hombres de los cuales 12 están vivitos y coleando, se puede decir que aparte que el tío que se murió (hace como 17 años) a la abuela le fue bien (se cumple eso que los hijos tienen que enterrar a sus padres y no al revés), no le tocó ver un hijo gay o vicioso empedernido, me imagino el escándalo que se habría armado de ser así.
- mas o menos 30 nietos, unos cuantos se han sentido con el llamado del lado oscuro pero en general todos son buenos y hasta ahora todos hemos sido lo suficientemente cobardes como para ser matones.
- mas o menos 12 bisnietos, la mayor tiene como 16 o 17 y aunque a ratos creo que es un emo y se las dé de chica difícil tampoco es tán mala ni tan osada como para terminar en pasos que escandalicen a la abuela.
- a pesar que hay cosas malucas como en todas las familias lo más grave es una borrachera colectiva con emosis a bordo, muchas fotos y el deseo de volvernos a ver, porque eso si el fin de año es siempre en familia.
así que por mi parte la abuela puede descansar en paz y me gustaría que los que tienen menos de 20 años recuerden a la abuela como la recuerdo yo, ellos tendrán una imagen marchita, una viejita enferma que hacía correr a nuestros padres pero yo la recuerdo como la que hacía arepas de maíz, gelatina blanca y negra, la que nos llevaba a misa los domingos en la mañana, la que nos hacía rezar el rosario cada día de la madre y en diciembre entonaba villancicos para acompañar la novena, la que me regañaba por cansona cuando le decía que cargaba un bulto en la espalda que lo descargara o que cuando se iba a poner sería para ir a patinar juntas y ella solo atinaba por una sonrisa y eso me hacía feliz, espero que las veces que pude compartir con ella también hayan sido buenas y que si pide un regalo de mi parte para su viaje que sea eso una sonrisa, una que sea inmortal.