One for the road

Si quisiera hacer un resumen de este año (año y medio), complicado sería la manera simple de resumirlo, difícil se queda  corto y patearía la cara del coach que me diga: retador. 

Sé que no he agradecido lo suficiente a las personas que han estado para mí, a quienes me abrazaron y me dejaron llorar sin decirme que todo iba a estar bien y en su lugar decirme (de paso demostrarme) que puedo contar con ellas, gracias una vez más por recordarme que no estoy sola, especialmente en los momentos donde solo quiero sumergirme en mi miseria y caigo en los viejos hábitos de querer cargar el mundo en mis diminutos hombros.  

También gracias a quienes de alguna manera me dejaron morir y para el hecho de poner dramatismo usaré la trillada frase: Nunca espero nada de ustedes y aún así logran decepcionarme, es un agradecimiento sincero, porque no puedes esperar que la gente te trate bien y te acompañe en tus momentos de necesidad, es bueno mantenerte con los pies en la tierra recordando que no eres el centro del mundo y que para algunas de las personas que crees importantes en tu vida tú eres solo alguien del montón. 

Ha sido un momento largo, sacando ganas de donde no se sabe que hay, malditos días sin una f*king respuesta, días donde la constante es la aterradora incertidumbre, miles de cosas en la cabeza y los peores escenarios repitiéndose una y otra vez, cuestionar muchas decisiones, replantearme cómo seguir adelante y como siempre tratar de tener una sonrisa en la cara mientras me desmorono por dentro porque es lo que pasa cuando eres el adulto responsable a cargo, responder a los ¿Como estás? con la palabra: sobreviviendo, para que parezca broma cuando en verdad así te sientes cada día cuando abres los ojos, viviendo con la sensación de que si flaqueas un solo segundo te vas a desmoronar y no vas a saber cómo levantarte, teniendo a la mano el sarcasmo y el cinismo como herramientas para seguir viviendo.

Momentos de respiro y de calma resultan peligrosos porque queda la sensación de algo cocinándose en segundo plano esperando el momento para volver al primer lugar, respirar  y seguir sonriendo porque: siempre puede ser peor, pero esperando que no lo sea. 

PD: ¿Querid@ stalker hasta cuándo vamos a seguir así?, invítame a comer alguito por lo menos que con esa manoseadera en redes sociales es lo menos que merezco.

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