Haters gonna hate

Hace unos días publiqué en Mastodon lo siguiente: 

No sé en qué momento instagram empezó a mostrarme videos de Helena Bonham Carter leyendo poemas, pero es de todo mi agrado.

Se dieron un par de respuestas en el mismo tono de grata sorpresa y admiración por el hecho de poder disfrutar estos momentos de poesía, al tratarse de una instancia pequeña y debido a la facilidad de Mastodon para ver The Local Timeline (una columna que muestra en orden cronológico lo que publican los miembros de la instancia) salió una publicación de un comentario más o menos así (porque busqué la publicación y no la encontré**, así que bien puede ser chisme): 


De la señora esa de los poemas que están hablando solo recuerdo que un día salió a defender a J.K Rowling.

Y como no es un secreto la posición de la célebre autora respecto a las personas Trans, me pareció feo que Helena  (para los amigos, por su puesto) saliera a defender algo que bien puede ser indefendible, así fue como se mancilló la imagen mental que tenía de Helena sentada en la puerta de una casa de campo, con expresión atenta y comprometida leyendo con su lindo acento británico The Guest  House. 

Ahí surgió otra vez la situación filosófico estética: "separar el artista de su obra", que lea poemas de una manera encantadora deja de ser la obra por la que se reconoce a Helena, pero se siente maluco saber que una expresión artística que te gusta llegue a través de una persona que como persona está en contravía (o tres pueblos más lejos) de tu conjunto moral y de valores, eso es algo que a medida que pasa el tiempo me llego a cuestionar, algo que espero todos nos cuestionemos de vez en cuando sin importar cuál sea el resultado, la cuestión en sí misma es una ganancia. 

¿Debería sentirme mal porque me gusten canciones de Michael Jackson sabiendo todo lo que pasó en su rancho, lo que le hizo a los niños? ¿Qué diferencia hay entre Michael y Garavito?, cuántas de las célebres obras de arte que reconocemos con facilidad provienen de personas de dudosa ética y moral tanto para su época como para la nuestra, un ejemplo de los fáciles puede ser el caso de Hugo Boss, no dejamos de utilizar su ropa o de oler de ese "rico" porque hace menos de un siglo se encargara de hacerle los lindos uniformes a los nazis, no pensamos en las trabajadoras esclavas polacas obligadas a hacer esos uniformes solo para abaratar costos, no, con el paso del tiempo sobrevive la obra y se deja del lado el artista ¿Debería ser así?, ¿Debería insistirle a LittleSaltamontes en que no existirá nadie tan grande como Michael cuando como persona en realidad no fue tan grande?

Separar la obra del artista sirve para quitar la obra de su contexto y evaluarla de manera objetiva, cuestionarla, juzgarla y validarla como: valiosa, impactante, atemporal, no conocemos los trapos sucios de da Vinci, si acaso llega el "rumor" que su más famosa producción es en realidad el retrato de su joven amante masculino, eso es lo que suena ahora que nuestra moral y valores superaron el oscurantismo, pero. me imagino el revuelo de la época y lo que hubiera terminado su obra en general si nos limitamos al artista y no a su obra o lo que pasaría si recordamos que la paiderastia era el modelo (machista por su puesto)  de enseñanza en la antigua Grecia, aquí las obras están por encima de los artistas y su moral ¿Será por el paso del tiempo, la relevancia que se le da a la obra, todas las anteriores?.

¿Qué sucede cuando es el artista como persona y bagaje lo que da el soporte emocional para apreciar la obra en toda su extensión?. La obra de Edvard Munch (sí, el del grito) aunque bien es admirable y sigue vigente porque en el gran esquema de las cosas seguir con vida siempre es una tragedia tiene un peso mayor cuando conocemos la historia del artista (obvio no es lo mismo ser alcohólico, depresivo que ser homofóbico, asesino serial o pedófilo), lo mismo pasa con Van Gogh, siendo estos casos representativos porque en parte su obra viene a nosotros de la mano del artista y eso es lo que le da más valor, tampoco tendríamos 21 de Adele si no le hubiesen roto el corazón porque en definitiva se necesita un corazón roto para hacer algo así.

Siendo fiel al arte en general y la relación artista - obra - espectador, considero valioso este cuestionamiento, que al fin y al cabo es lo que debe hacer el arte, sacarnos de nuestra zona de confort, mostrarnos la visión del artista, hacernos plantear la nuestra para enriquecerla o atemorizarnos de lo que llegamos a pensar y mejor seguir pensando lo mismo sin atrevernos a cuestionarnos.

Para mi tranquilidad mental  y porque el chisme es mi pasión un par de días después busqué cómo fue la vuelta entre Helena y la señora Rowling, el resumen es que Helena defendía el derecho de expresión de la señora Rowling, así como también en su momento se cuestionaba el caso de Johnny Depp y la necesidad de separar el artista de su obra, I feel you Helena, rly. 

Por ahora seguiré disfrutando cuando me salgan esas publicaciones de Helena leyendo poemas y recomiendo encarecidamente The Guest  House y decir así todo bonito como ella "arrival". 

**Buscando la publicación noté que la cuenta que la publicó se encarga juiciosamente de estar borrando lo que publica cada x días, esa cuenta me parece curiosa porque gasta parte de su tiempo en línea para saber lo que pasa en la cultura popular a la vez que se queja mucho de ella, cosa que después borra, considero eso como demasiado esfuerzo en general, de ahí que el "odio" se una especie de amor más obsesivo e inoficioso y que como dice Taylor Swift (que bien ha sido blanco de sus críticas): Haters gonna hate.

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