Barbotear

Actualicé la lista infinita de Spotify, me tomó más de un mes escucharla toda para borrar canciones repetidas, claro la ordené por nombre.

Tomé la sana costumbre de desconectar de la energía el portátil cuando acabo mi jornada laboral, es una sana costumbre para la vida útil de la batería. 

Este año he escrito menos por acá, llevo un par de meses pensando el por qué, por un lado creo que hay calma en mi cabeza, que estar juiciosa con el deporte me ayuda, que disminuir las largas horas de trabajo me quitó un agobio que no sabía que tenía, que la terapia de sacar el perro a primera hora de la mañana y otro rato en la noche me ha regalado una rutina de ponerme en paz con mis pensamientos y por eso queda poco por escribir, por otro lado creo que es al contrario y tengo muchas otras cosas en la cabeza y no logro articular lo que quiero decir. 

Al inicio de este año año hice algo que creo pocas veces he hecho: un propósito de año nuevo, por su puesto que no lo cumplí,  es un propósito simple: salir ha hacer senderismo al menos una vez al mes, este año no fue, al menos compré botas para esta actividad y me gustan mucho, así que el siguiente año será.

Tengo unos tenis que se conectan vía bluetooth al celular y a través de una aplicación me va dando tips para trotar mejor como: que estoy 4 pasos por debajo del rango, que debo mejorar mi postura de manera que parezca que mi cabeza está sujeta al cielo con una cuerda o que debo recordar impulsarme desde la cadera no desde los tobillo o es al revés, no sé si me han ayudado en eso de trotar mejor o no, pero, es curioso darse cuenta que algo tan sencillo que hemos hecho casi toda la vida probablemente lo hemos hecho mal y por eso llegamos a los 50 años con una solicitud de rodilla nueva. 

La aplicación que se conecta a los tenis y la aplicación que se conecta a la pulsera no se ponen de acuerdo con la distancia que troto en cada sesión, la diferencia bien pueden llegar a ser 400 metros entre ambas no sé si el hecho que una de ellas mida en millas tiene que ver, pero puedo sobrevivir, tomo lo que más me convenga porque salgo a trotar solo por sacar al perro. 

Me inquieta mucho la relación con mi perro, desde hace casi tres años que estoy trabajando desde la casa hace ya dos y medio que se fue mi hermano, eso ha hecho que el perro y yo pasemos toodo el tiempo juntos, es mi razón para levantarme de la cama los fines de semana en que no quiero hacerlo para que pueda hacer popo tranquilo, me siento culpable cuando llueve en la noche y no alcanzo a sacarlo y no sé cómo explicarle que así haya dejado de llover el piso está mojado y sus patas van a mojarse, y si se acuesta con las patas mojadas le va a dar mucho frío, me siento mal cuando salgo y no lo puedo llevar porque en la cámara veo que se queda acostado junto a la puerta hasta que yo llego así hayan más personas en la casa, de un momento a otro empuja mi silla del trabajo con el propósito de que le haga cariñitos, es bonito, pero en medio de lo bonito solo pienso que ya tiene sus años y que cuando no esté se me va a romper el corazón mucho más que un poco y sé que es morboso pensar en esas cosas. 

Disfruto de mi relación con LittleSaltamontes que ya es más alta que yo (desde hace un par de años, la magia de ser funsize)  y la ropa que no le sirve queda para mí, no es una relación de esas de ficción donde son felices y amiwis forever, pero nos entendemos y nos tenemos paciencia, bueno, la paciencia es en mayor parte de mi lado para que hagamos acuerdos que nos beneficien a las dos, y no darnos duro cuando no estamos de acuerdo en algo, es más fácil unos días que otros, pero le pongo ganas porque quiero tener una relación con ella por el resto de nuestras vidas que vaya más allá del compartir ADN. Aprovecho el apartado sobre ella para informar que me pidió que no publicara cosas de ella, también que no le tome fotos, como resultado el perro ha subido su popularidad dentro de la familia. 

El 2022 fue uno de esos años que siento se pasan más rápido, imagino al señor Tic-tac dándole cuerda con ganas a su engranaje, siento que hice muchas cosas, siento que debí hacer más, lo resumo con la frase: sobreviví que es lo importante. 

El chocolate siempre me ha gustado, todo empezó con las chocoltinas Jet y las figuritas del álbum que llenábamos, mucho tiempo después descubrí que eso es más azúcar de chocolate y empecé a descubrir el % de chocolate y los chocolates artesanales, no soy tan darks y en mis mejores momentos me llega el gusto máximo hasta el 90%, eso para el caso de los chocolates como dulce, porque el chocolate en modo bebida es otro cuento, mi modo mamá/señora/adulta me lleva a preparar chocolate con cosas como: anís, cardamomo, nuez moscada, jengibre, clavos, canela, pimienta de Jamaica y mezclar varias marcas de chocolate para dar con una combinación ganadora. 


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